Una parte de la opinión pública guineana y los antiguos responsables españoles que vivieron los últimos momentos de la colonización española en Guinea Ecuatorial se encuentran absortos y escandalizados ante la serie emitida por Televisión Española ‘Dos Vidas’, que retrata la atmósfera de crueldad, menosprecio, racismo y explotación vivida en lo que fue la Guinea Española, más propia de una nueva Leyenda Negra, esta vez fabricada desde España.

Cuando la actual Guinea Ecuatorial accedió a la independencia tras acuerdo con España en 1968 era un país próspero, con el mayor PIB por habitante de todo África, con un sistema de salud y educación digno de los países más desarrollados. 

Atalayar ha querido recabar la opinión del líder opositor guineano Severo Moto Nsá, presidente durante 37 años del Partido del Progreso, ilegalizado por el régimen de Teodoro Obiang Nguema.

La serie que emite Televisión española, ‘Dos Vidas’ está ambientada en parte en la Guinea Ecuatorial de la época española. ¿Cree que refleja la verdad de lo que fue?

Yo nací en “La Guinea Española” (1942); en la década anterior a que España iniciara los grandes y decisivos pasos de la descolonización española en la actual Guinea Ecuatorial. Para cuando nací, era la Guinea Española.

Los cerca de doscientos años de la colonización desempeñada por España en los territorios africanos de la entonces llamada “La Guinea Española”, fueron doscientos años marcados por las llamadas “Leyes Coloniales” con las que España (La Reina Isabel La Católica) frenaba los desmanes y desafueros de los colonos españoles, con grandes multas, cárceles y, sobre todo, extradición al país de origen; y la Iglesia conducía con su doctrina cristiana a unos (colonos) y a otros (colonizados) por el camino de la civilización, la educación, la evangelización, la cultura y la preparación para el futuro.

La multiplicidad de Colegios cristiano-católicos, Escuelas rurales, Grupos Escolares, Institutos, Escuela Superior (fecunda cuna de maestros de enseñanza primaria, administrativos auxiliares y diplomados, artes y oficios… que a finales de los años 50 desbordaron y saltaron las fronteras marítimas y aéreas, en busca de mayor nivel, la perfección y el orgullo de los títulos académicos con que España coronaba sus esfuerzos en “La Península”. Un nutrido tejido empresarial autónomo, indígena, basado en la explotación de las parcelas de fincas de café, cacao, palmaste, caucho, yuca seca (harina) etc., protegido y financiado por España, hacía de “La Guinea Española” un refugio de promoción para muchos países del entorno africano.

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Severo Moto, líder opositor guineano

Y llegó la independencia…

Cuando España decide conceder la independencia a aquel rincón africano con el nombre de “República de Guinea Ecuatorial”, tras cinco años de provincias españolas y cuatro años de autonomía, el mundo galardonó a España y a Guinea Ecuatorial con el laurel de Colonización Modélica en África.

Esta es la Guinea Ecuatorial que conozco, de la que se sentían muy orgullosos los guineanos de entonces; hasta que nos despeñamos en la “independencia”; la Guinea Española de la que debería sentirse orgullosa España. A pesar de haber servido, como documentalista, en RTVE (Torre España) reconozco no ser un “goer” (aficionado) de mi antigua casa de trabajo… Cuando en una película o serie sobre Guinea Ecuatorial, como ‘Dos Vidas’, no aparecen caras de guineoecuatorianos, pierde, para mí, su credibilidad.

¿Cuáles son los fallos más relevantes que ve en este enfoque de nuestra historia?

Reitero que me parece una falsedad hablar sobre las supuestas realidades de un país usando caras y personajes de otras etnias o tribus. ¡Mira que en Guinea hay etnias y tribus! Hablarán mal el español; pero se les conoce enseguida. Y los escenarios o acontecimientos que se reflejan llevan la marca de la exageración interesada. Parece que estuvieran prohibidas las imágenes de una “colonización modélica” A los guineanos de hoy nos interesa mil veces más que en España, a través de reportajes y películas de RTVE, hablen sobre el tristísimo, espantoso y vergonzoso estado en que ha quedado mi país, al caer en la independencia; primero, con Macías Nguema y Obiang Nguema (11 años) y luego con Obiang Nguema (43 años).

¿Por qué cree que TVE emite, en este momento, dicha serie? ¿Hay alguna intención detrás?

Razones no faltan. No creo que se trate de un gesto de reconocimiento o arrepentimiento por los desmadres que la colonización pudo cometer. ¡Es extraña la culpabilidad que se atribuyen los colonos españoles por el pasado colonial en el mundo de la hispanidad, y que tan poco contribuye al desarrollo de esos países! Recuerdo la declaración que me hizo un viejo colono español, a propósito del golpe de Estado que llevó al actual presidente Obiang al poder: “¡No se si sabes que los españoles somos unos socialistas capitalistas en Guinea Ecuatorial!” Todo podría ser que con ‘Dos Vidas’ intentan denunciar a uno de estos grupos; o socialista capitalista.

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Colegio Salesiano en Guinea Ecuatorial

Los españoles, en especial los de 50 años, no saben nada de la historia de España en Guinea Ecuatorial. ¿No cree que los medios de comunicación públicos, como TVE y RNE debería contribuir a hacer conocer la historia, en vez de adulterarla?

Al producirse el golpe de Estado del 3 de agosto de 1979, bajo el título de “golpe de libertad” la mayor sorpresa que nos ofreció España al pueblo guineano fue la histórica apertura de la dimensión africana para Guinea Ecuatorial, de Radio Exterior de España. Liderada por la gran periodista española, Doña Rafaela de la Torre (Rafi) la emisión paralizaba Guinea Ecuatorial (a las 5 de la tarde) A través de sus noticias y entrevistas a la sociedad guineana, esta se sentía aliviada de sus tragedias escuchando cómo se denunciaban las arbitrariedades del régimen dictatorial, reemprendido tras el asesinato de Macis Nguema. Desgraciadamente, tal oasis informativo duró muy poco; la mano poderosa del dictador Obiang Nguema cayó sobre Radio Exterior de España. Aseguran los actores del cierre de Radio Exterior para Guinea Ecuatorial, que las noticias y programas tenían demasiado tinte socialista… Guinea Ecuatorial volvió a hundirse en el terrible baúl de la “Materia Reservada” que siempre fue para España. Los españoles no conocen por la sencilla razón de que aquel bello y jugoso rincón africano siempre fue objeto de un secreto monopolio para algunos. Ni siquiera la pregonada y cacareada independencia fue ni es capaz de abrir paso al turismo… 

¿Qué siente usted como equatoguineano al ver este tipo de reportajes?

Yo no soy, ni he sido, nunca, equatoguineano (apodo o raro y despectivo gentilicio que nos regalaron los vecinos gaboneses, cuando nos hundimos en la desgraciada independencia y dejamos de ser los prestigiosos y señores “Pañá” (españoles), y caímos en las manos de los Nguema (Macías y Obiang). Yo fui, he sido y soy, para siempre, guineano, guineo, guineoecuatoriano o guineo ecuatorial. Por la lengua oficial, soy español… (las etnias o tribus nos llamamos por la lengua que hablamos) Como hispano-africano, de civilización, guineo de origen, este tipo de reportajes resultan, tan ofensivos como fuera de lugar…

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Teodoro Obiang y Nicolás Maduro

Ni usted, ni su partido, fueron nunca bien vistos por los socialistas españoles. Ahora que el PSOE está en el Gobierno junto con Unidas Podemos, ¿cree que desde alguna oficina gubernamental quieren sacrificar su cabeza en aras de un acercamiento al régimen de Teodoro Obiang?

La afirmación es tan absolutamente cierta que, o revela tener muy buena información, o simplemente es usted un atento y gran observador. Desde el día siguiente al 25 de febrero de 1983, en que lancé al viento la fundación del Partido del Progreso (PP) tanto yo (desde mi país) como el Partido del Progreso somos objeto de fuerte rechazo y asedio por parte del socialismo. La primera diatriba y denuncia fue porque el Partido, siendo del “Progreso”, tenía que ser, eso, progresista y socialista. Sin embargo, desde su fundación, el PP se sumió en las “aguas políticas bautismales” de la ideología demócrata cristiana. Desde entonces, mi pertinaz fe y confianza en que la democracia cristiana conectaba y conecta con el alma y ser político del pueblo guineo, he tenido que pelear –inerme, humilde, incapaz y en solitario- con los poderosos socialistas. Me aseguraron-ignorante de mí- que ser demócrata cristiano era ser de derechas. Un buen amigo alcalde socialista me retó, entre bromas y profundo tic racista despectivo: “¿Desde cuándo un negrito es de derechas?” En relación con la segunda parte de su pregunta, después de Don Felipe González, y desde el mes de mayo de 2005, mis relaciones con el mundo político socialista se han significado por el humilde e impotente silencio mío; y el odio -digo bien, odio- o abandono de los otros. En España, me negué a cambiar de doctrina política. Ha sido mi error político -dicen- En Guinea, fui obligado a dimitir y presenté mi dimisión, acusado por Obiang Nguema de no aceptar el comunismo y no ser procomunista. Cualquier plan que “desde alguna oficina gubernamental del actual Gobierno socialista y comunista, contra mí, para satisfacer a Obiang Nguema, sacrificándome, incluso físicamente… es absolutamente posible; como se ha visto en tantas y tantas ocasiones... Yo lo confieso, y lo digo públicamente: lo que he recibido de España, especialmente antes de la independencia de Guinea Ecuatorial, y hasta 2005, en civilización, en cultura, en estudios, profesionalmente (exseminarista, maestro de primera enseñanza y periodista español), en amistades, en apoyo político (centroderecha demócrata cristiano) y en libertad. Todo ello lo cuido, conservo y guardo para servir a mi pueblo, en Guinea Ecuatorial, como lo he demostrado en mis viajes a Guinea, en otros tiempos, con otros Gobiernos españoles… Este cuidado, amor y respeto a mi pueblo y a España lo cuido muy por encima de todas las circunstancias por más adversas que fueran…

¿Cómo han justificado, desde su formación el Partido del Progreso, el “jubilarle” después de muchos años a su cabeza? ¿Quién quiere apartarle y por qué?

Mi actividad política en el exilio -España- es mucho más desagradable e incómoda que en Guinea Ecuatorial. Algo muy normal, afortunadamente. Hay decisiones que el dictador toma contra el Partido del Progreso en España, que no las ha podido lograr estando yo en Guinea Ecuatorial; como es el caso de su exigencia de que me rechacen como presidente. A la primera ocasión que tenga de retornar, en libertad, a mi país, estaré listo para retomar mi actividad política al servicio de ese gran pueblo que tanto me espera y aprecia. Ni me ha jubilado mi partido, ni me he jubilado yo. Me he puesto aparte para dejar paso al proyecto de transición pacifica que se anunciaba para mi país y no he querido ser fácil excusa para que dicho proceso, tan trabajado por mí, se perdiera porque Obiang Nguema se opone a mi presencia como presidente del Partido del Progreso. El gozo expresado por el dictador Obiang por mi puesta de lado, hasta gritar a los suyos “¡¡¡Ya he anulado a la oposición!!!”, es el gran signo de su miedo y debilidad política ante un Partido del Progreso que el 17 de septiembre de 1995 le humilló en las elecciones municipales. Ante el carácter de interinidad que marca al Partido del Progreso, desde que Obiang Nguema prohibió su actividad legal en el país, nos vimos obligados a retornar al exilio; y pedimos a nuestros múltiples militantes a “guardar el partido en el corazón”; esta interinidad se anulará automáticamente cuando volvamos -ojalá sea este año- al encuentro de nuestro pueblo. Siempre que Dios lo quiera y los enemigos no me metan nada en el hígado o me reduzcan a la miseria… ¡De todo hay en la viña del Señor!

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Teodoro Obian y Jose Luis Rodríguez Zapatero

El presidente Obiang presume de que está dialogando con formaciones críticas a su Gobierno. ¿Lo ha hecho con el Partido del Progreso? ¿Puede ser acaso su sacrificio el precio a pagar para que su partido sea reconocido legal en Guinea Ecuatorial?

Mi regreso a Guinea Ecuatorial, diez años después del primer exilio (1982-1988) y cuatro años después del segundo (1992-1996), ha sido un gran reto para la dictadura; un signo de mi disponibilidad al diálogo con el dictador. La respuesta, a la vez violenta y cobarde, del dictador, ha sido siempre invitarme u obligarme a sumarme a su partido PDGE o colarme en las filas de su Gobierno o ir a la cárcel de Black Beach. Entrar en PDGE o en su Gobierno, para Obiang Nguema, es anularte a todos los niveles. Las seis convocatorias hechas por Obiang Nguema para celebrar “mesas de diálogo” en Guinea Ecuatorial (¡van seis!) todas han acabado en el llamado “acuerdo de no acuerdo”; y han justificado, por sí mismas, mi ausencia y la del Partido del Progreso. Asistir a las mesas de dialogo de Obiang Nguema es acudir a recibir lo que él llama “mis sabias orientaciones” (Reconoce siempre que no ha estudiado mucho, pero imparte “sabias orientaciones”).

Tengo en mis carpetas y archivos la carta enviada a Obiang Nguema, firmada por mí y recogida, con firma de recibí, y llevada a Obiang Nguema por su embajador en Bruselas, Carmelo Nvono Nká, en la que le proponía un encuentro en Guinea Ecuatorial, acompañado por una gran personalidad en materia de derechos humanos, para hablar sobre mi situación personal y del Partido el Progreso, ilegalizado o prohibido por él. La carta dirigida a Obiang Nguema fue contestada por Don Alejandro Evuma Owono Asángono, eterno ministro de Misiones Especiales en nombre del jefe de Estado, advirtiéndome de que yo podía ir a Guinea Ecuatorial; acompañado por quien quisiera; que incluso me recibiría Obiang Nguema, como simple ciudadano; no como presidente del Partido del Progreso (prohibido) y finalmente la carta acababa recordándome que me esperaban los años de condenas (ciento y pico…) acumuladas en mi país por la justicia de Obiang Nguema. Es muy posible que el dictador Obiang Nguema legalice de nuevo el Partido del Progreso, ahora que Severo Moto Nsá se ha puesto de lado y ha abierto la actual interinidad en la Presidencia de la formación política guineana, hasta el retorno al país.