"LO RECIBEN LOS BUENOS; LO RECIBEN LOS MALOS; LA SUERTE, EN CAMBIO, ES DESIGUAL; VIDA O MUERTE" (canta un salmo en latín)
¡Yo me quedé escandalizado...!
Era un día, tan solemne como el pasado día 5 de junio, cuando asistí a una misa solemne en la Catedral de Malabo. Con la Santa Iglesia Catedral de Malabo repleta de asistentes, de todas las clases sociales y categorías... En el primer banco de la Izquierda se hallaba el recién estrenado Presidente golpista de Guinea Ecuatorial, Obiang Nguema. Llegó la hora de la Sagrada Comunión. El Padre Bonifacio Efong, celebrante de la Santa Misa se encontró de pronto posando la HOSTIA sobre la lengua del (Antes, "Teodoro"- Ahora "Obiang Nguema Mbasogo")
Todavía no acababa el Padre Efóng de meterle la Hostia en la boca, a Obiang Nguema, cuando apareció un joven; arrebató el copón de las manos del cura, mientras le recriminaba el "escandalo" de dar de comulgar a Obiang Nguema, como si no conociera su nivel de "pecador" y "delincuente". Todavía estaban aturdidos, el comulgante y el cura, cuando aparecieron dos marroquíes, escoltas de Obiang; pusieron en volandas al atrevido joven... Obiang Nguema ordenó: "¡No le hagáis nada aquí, llevadle fuera...!"
No se si alguien ha vuelto a ver, en vida, a este valiente, atrevido y "suicida" joven. Yo, no.
Perdido en mi triste y desgraciado exilio en España, no he seguido la vida y milagros de la Iglesia (iglesias...) y Obiang Nguema.
Gracias a los expertos locutores de los medios de comunicación del PDGE, he podido ver un reportaje de la celebración eclesial del 80 aniversario del bautizo (que no nacimiento) de Obiang Nguema Mbasogo.
Ví cómo, Obiang Nguema, primero, luego la primera de las 5 mujeres que -dicen- tiene, cogían con sus dedos (muy humanos) la Sagrada Forma, la introducían en el Cáliz de la Sangre de Cristo y la introducían en sus bocas...
Como cristiano-católico- apostólico-Romano de Guinea Ecuatorial, confieso públicamente (a lo mejor lo haré también en el confesonario de mi Parroquia) que he sido profundamente afectado por el ESCÁNDALO. No soy quién para juzgar, salvar o condenar a nadie ("Ne forte cum alliis vindicáverim, me ipse réprobus inveniar" (No sea que cuando juzgue a otros, yo mismo sea reo y condenado).
Sí, me he escandalizado. He sido objeto de un escándalo repetido. Menos más que no he sido el causante del escándalo. Dicen que es el ESCANDALO, el peor de los pecados. Su autor se merece ser atado a una pesada piedra y tirado al fondo más profundo del mar.
No condeno ni quiero condenar a nadie. ¡¡Dios me libre!!
Ni a Obiang Nguema y la primera de sus 5 mujeres; ni a quien les ofrece el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Yo no se si, como sucedía en la colonia, en las Provincias y en la Autonomía, Obiang Nguema tiene en su palacio una Capilla y un Sacerdote para escucharles, en confesión y darles de comulgar ahí: Sé, cierto- que los sacerdotes se confiesan, como todo humano. Yo los he visto confesarse; hasta los Obispos y Jerarquías mayores.
El problema del ESCÁNDALO es que afecta tanto al que lo produce (más...) como al que lo sufre.
¿Qué Monja, Diácono, Sacerdote, Obispo, Arzobispo equato-r-guineano, le puede negar la HOSTIA a Obiang Nguema, sin recibir una OSTIA... en algún rincón donde tantos otros sacerdotes la han recibido, sin "H" y a pistoletazo limpio?
"¡¡¡NADIE ESTÁ A SALVO!!!" -grita, cada mañana, un político guineo, en sus profecías matinales.
Un gran Salmo eucarístico, LAUDA, SION SALVATOREM (Alaba, Sión, al Salvador) dice, como gran advertencia, en sus estrofas: " Sumunt boni, sumunt mali; sorte tamen, inaequali; vita vel interitus" (Lo reciben los buenos; lo reciben los malos; la suerte, en cambio, es desigual; vida o muerte)