Madrid, 8 de noviembre de 2024.- Cualquier análisis frio de cualquier persona seria, consideraría que o que hace Obiang Nguema con su hijo, Teodorin, es una pueril e irresponsable condena. Pueril, primero porque, desde que los guineanos se convirtieron en "equatorguineanos", tras el golpe de estado del 3 agosto de 1979 , la tragedia iniciada el 12 de octubre de 1968 con la independencia atrapada y aplastada bajo el yugo del militarismo inculto y violento, Guinea Ecuatorial subsiste colgada y refugiada en el puril humorismo e intrascendencia con que se suavizan las desgracias que padee el país. Toda la tragedia se cubre con el humor, la risa y el silencio . Con doble consecuencia para el gobernante: sabe que la gente sufre y disimula; pero que la risa y el humor son estrategicas formas de desprecio, burla y odio contra la dictsadura militar.
La dimensión irresponsable del poder militar es su convicción profunda de que lo hace todo muy mal, por su vacío de preparación y capacidad; respondiendo con enfado y odio militar al enfado inerme del pueblo indefenso guineo.
EN EL FONDO, LA ANTIPATÍA Y LA DESCONFIANZA LO MARCAN TODO
En la Guinea Ecuatorial de dentro como en la de fuera (exiliados huidos, refugiados y escapados) un simbolo caracteriza a todos. NADIE SE FIA DE NADIE...
Obiang Nguema no se fía de su hijo, Nguema Obiang, después de que este haya reaccionado con atentados de muerte contra su padre por la resistencia y tardanza en entregarle oficialmente el poder. (La escolta marroquí que blindó a Obiang Nguema en los primeros dias de su golpe de estado, es testigo de estos atentados del hijo contra su padre.
Animado por la esposa canónica de su padre y su madre putativa, Nguema Obiang, se ha subido a la alta plataforma de la heredad política ditatorial, precisamente mientras supervive su padre. Una extraña, repentina, o silenciada desaparición de su padre, antes de elevar a Teodorín a la altura de "presidente" es, hoy, la razón de la desazón que reina en el seno y entorno de Obiang Nguema; dividido en tres frentes, fivales, bajo el lema de continuidad: ¡¡¡Defendamos esto!!!
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