Severo-Matías Moto Nsa, España y la maldición de Obiang Nguema
* ¿Me merezco tanta afrenta, persecución y desprecio, en mi exilio, en España?
* Me exigen que obedezca al dictador Obiang Nguema y que abandone la Presidencia del Partido del Progreso, que fundé, yo
* Dicen que mis hijos, mis familiares, los de mi tribu y los de mi Distrito y Provincia, no deben afiliarse ni militar, ni asistir a las reuniones, manifestaciones y concentraciones de la oposición en el Partido del Progreso, DC; "¡¡Para no parecerte a Obiang Nguema!!" -Me gritan-
* "¡¡¡España te abandonará, lo mismo que hizo con ONDO EDU!!!" -Eso me gritó, un día, Obiang Nguema, cuando decidí exiliarme en España.
* ¿Tengo derecho a pedir protección, casi especial, en España?
El Partido del Progreso, en su Consejo Geográfico y en su exilio, en España, ha sufrido un traspié muy serio. No podía ser de otra forma y no se le podía atacar, en otro sitio, tan seriamente, como en España. Los casos, acontecimientos y signos, se han multiplicado en los 38 años de existencia, desde la fundación del PP en España.
Mi exilio, a principios del año 1981, se distinguió, por la maldición que el poderoso dictador miliar Obiang Nguema lanzó sobre mí, al decidir exiliarme en España: "España te abandonará, lo mismo que hizo con ONDO EDU"
Al llegar a España, (1981) en busca de exilio, protección y ayuda; me advirtieron en el Ministerio de Asuntos Exteriores: "Porque no has querido ser y hacer como las demás, les quitamos las becas a tus hijos...") Y así fue. Me las vi y deseé para retirar a mis cuatro hijos de los colegios donde se hallaban, hacía apenas dos años. Desde entonces, mis castigos, en España, se han llevado, simultáneamente, por delante, a mis hijos y a mi familia
Entiendo y reconozco que mi exilio en España, casi 39 años, es, cada vez más, "Una mala noche en pésima posada"
Sería casi pueril (o, quizás, incluso arriesgado) entrar en la enumeración de las numerosas circunstancias, peligrosas, en las que me he visto inmerso en este larguísimo exilio, en España; y resulta inevitable que uno se pregunte: ¿ Realmente, me merezco tanta afrenta, persecución y desprecio, en mi exilio, en España?
- Como exiliados, ni yo, ni alguno de mis hijos nos hemos beneficiado de las ayudas que -dicen- reciben los exiliados en España, de los organismo o instituciones. Los años de trabajo dedicados a dos medios de comunicación, Agencia Efe y RTVE (contratos no fijos) solo me han abierto paso a una pensión no contributiva, incapaz de cubrir las mínimas e imprescindibles obligaciones familiares.
- Las ayudas económicas que, a propósito del compromiso político que adquirí con mi pueblo, al fundar , presidir y currar, durante más de 38 años, el Partido del Progreso, se fueron disipando en la misma medida que -por desgracia, el Partido del Progreso, fiel a su ideología demócrata cristiana, se fue significando por su fidelidad a dicha ideología, en medio de un mundo minado de otras ideologías, formulas o modelos políticos.
NI EN EL EXILIO...
- Ni siquiera en el exilio, el partido del Progreso y mi persona hemos dejado de sentir el látigo de la llamada "larga mano" del líder de la terrible dictadura de la que hemos pretendido huir, y refugiándonos o exiliándonos en España. Las órdenes del dictador de mi país contra mí, tantas veces dadas en Guinea Ecuatorial, muy especialmente para lograr mi abandono forzoso de la política y la presidencia del Partido del Progreso -fundado por mí- han pretendido tener un efecto brutal en España.
VETO A MIS HIJOS, FAMILIARES Y...
- En nombre de una extraña y gazmoña "limpieza o elegancia política" me obligan, en España, a no admitir en mi entorno político a mis hijos, a mi familia, a mis familiares; a los de mi tribu, de mi etnia o de mi Distrito o Provincia. La razón: "PARA QUE NO TE PAREZCAS A OBIANG NGUEMA...." La obligación "moral" y de "dignidad" que me imponen mis "profesores" en política y "buen comportamiento" ha calado de forma tan rápida y tan violenta que empiezo a tener vergüenza de ver a mis hijos, familiares y gente de mi tribu junto a mí, en las reuniones públicas, concentraciones y actos políticos públicos de protesta contra la dictadura...
MI EXILIO, EN ESPAÑA...
Exiliarme en España, fue una decisión tan normal como personal, casi ciega y natural. De ser algo, para mí, problemático y largamente pensado, quizás yo hubiera tenido tiempo para reflexionar y hacer caso a .lo que durante tanto tiempo me alertaba con rabia y violencia, el dictador Obiang Nguema: "España también te abandonará como lo hizo con Ondo Edu"
Desde entonces y desde que decidí exiliarme en España, no he dejado de sentir en mis carnes y en mi vida, la que en Guinea Ecuatorial llaman: "La larga mano de Obiang" que:
1.- Ya, estando castigado con el exilio, no ha dudado en ofrecer 15.000.000 (Quince millones) para que yo fuera secuestrado, en España; llevado a Croacia, para ser sacrificado.
Camino de la Audiencia Nacional ( Madrid); luego, Navalcarnero.
2.- He sido metido en la cárcel -en España- (Navalcarnero) sin condena (como en Guinea Ecuatorial);
3.- Se me retiró el "status" de asilo (... devuelto por el Tribunal Supremo español...)
4.- Fui sorteado, sin éxito, para ser extraviado a algún país hispano (estilo "Chico Alogo")
5.- Tengo prohibido viajar a los Estados Unidos de América -desde España-
6.- He sido vetado para las reuniones de Toledo, para la Transición pacífica de Guinea Ecuatorial...
MI GRAN PREGUNTA
¿Puedo, debo o tengo que pedir protección especial a la comunidad internacional, para que me ayuden, apoyen y protejan para volver a Guinea Ecuatorial; pedir audiencia a Obiang Nguema para, arrodillado a sus pies, pedirle perdón y darle la razón por aquello que me dijo en tono de amenaza, de anatema y de maldición: "España también te abandonará, como lo hizo con Ondo Edu?